El masaje perineal

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El masaje perineal es una herramienta que puede ser utilizada en cualquier momento para el bienestar de la mujer. Tradicionalmente siempre se vincula con el embarazo. Pero el masaje perineal es altamente recomendado también si tienes una lesión en el periné (ya sea por un desgarro o una episiotomía) o bien si tienes alguna disfunción sexual .

Beneficios del masaje perineal

Los principales beneficios que puede aportar este masaje son los siguientes:
Elastificar tejidos. Conseguiremos aportar elasticidad a tejidos que de por sí no son elásticos. Por ejemplo una cicatriz; el tejido cicatricial es muy rígido. Esto sucede con la cicatriz de la episiotomía.

Preparar y mejorar una cicatrización. Con el masaje conseguimos aportar un aumento del riego sanguíneo y de oxígeno a la zona. Esto facilita una mejor y más rápida recuperación.
Ayuda a la propiocepción, es decir, facilita el renococimiento de una parte del cuerpo que suele estar oculta. No sucede así con los genitales masculinos por ejemplo. En nuestro caso ayuda a que la mujer se conozca más y mejor lo cual es muy beneficioso para detectar si algo no va bien. Pero también para conocer mejor la propia sexualidad.

Masaje perineal en el embarazo

Durante el embarazo se recomienda el masaje perineal para aportar elasticidad y así mejorar la fase del expulsivo durante el parto. Es decir, la salida del bebé a través del periné. Se recomienda comenzar hacia la semana 34 del parto salvo que haya alguna patología previa: que no sea tu primer parto, o que tengas una cicatriz previa por episiotomía. Por ello siempre es recomendable consultar con tu matrona.

Terapia sexual

El masaje perineal en este caso es una forma de reconexión con la propia anatomía de la mujer. Es muy utilizado en terapias para mejorar coitalgias, dolor en la penetración, vaginismo. El masaje de la zona permite superar ciertas barreras iniciales que dificultan la intervención del profesional en sexualidad.

Técnica del masaje perineal

Se recomienda realizar 3-4 veces a la semana. Con una duración de 10-15 minutos
El lavado de manos es fundamental, así como llevar las uñas recortadas para evitar heridas.
Recomendamos usar un aceite vegetal (de oliva, de coco, de almendras dulces) de primera prensada.
Si ya tienes todo lo necesario ponte cómoda y relájate.
Si te lo haces tú misma utiliza el dedo pulgar. Si te ayuda tu pareja lo debe realizar con el dedo índice y/o corazón. Realiza movimientos en forma de U. Después realiza presiones manteniendo el dedo apoyado en las paredes y traccionando un poco hacia afuera. Presionar hacia los lados y hacia abajo. La presión la determinará la propia mujer. Aguantar entre 30 y 60 segundos. Repetir varias veces la misma operación. A medida que vayamos trabajando puedes aumentar el número de dedos con el que realizar el ejercicio.
Si quieres saber más, te recomendamos que no te pierdas el vídeo de Sara Cañamero en nuestro canal Youtube.