El hipotiroidismo ocurre cuando la glándula tiroides no sintetiza suficientes hormonas tiroideas. Es más frecuente en mujeres que en hombres, y a menudo se diagnóstica de manera casual en la analítica del primer trimestre de gestación.
La glándula tiroides es un órgano con mucho impacto en la salud de las personas, ya que las hormonas que produce controlan la manera en la que las células de nuestro organismo emplean la energía (metabolismo), con lo que podemos deducir que cuando está afectada puede alterar el funcionamiento de casi cualquier órgano.
Las causas del hipotirodismo son varias, y entre los síntomas encontramos:
- Aumento de peso sin explicación.
- Estreñimiento.
- Cansancio.
- Peor tolerancia al frío.
- Tristeza, apatía, depresión.
- Palidez, piel seca, cabello quebradizo.
Una vez hecho el diagnóstico, el tratamiento es muy sencillo y los síntomas se controlan. El endocrino receta hormona tiroidea en la cantidad tal que sustituya el déficit que tenemos. Por supuesto, además de la suplementación vigilar la alimentación y el estilo de vida de la embarazada o puérpera, es indispensable para llevar una vida sana.
¿Qué ocurre durante el embarazo?
Las hormonas producidas por ésta glándula son muy importantes en el desarrollo del sistema nervioso del bebé.
En las primeras semanas de gestación la tiroides de la madre es la única fuente de hormona tiroidea para el feto, a la que llega a través de la placenta.
Y no es hasta la semana 18-20 que el bebé empieza a producir su propia hormona. Por lo que los controles han de ser rigurosos y frecuentes, un diagnóstico precoz puede evitar complicaciones en el embarazo y posteriormente, en la lactancia.
Hay veces que si el tiroides en la mujer no está controlado puede producir problemas de fertilidad o alteraciones fetales importantes.
Hipotiridismo en el posparto y durante la lactancia
Debido a la sintomatología del hipotiroidismo y a la vivencia de la maternidad justo tras el parto, éste puede pasar inadvertido y muchas veces se puede confundir con depresión posparto o incluso una “parte normal” asociada al periodo de crianza.
Los síntomas que podemos confundir son cansancio extremo, tristeza y bajo estado de ánimo.
Ante la duda es importante acudir al médico o a la matrona, ya que con un simple análisis de sangre podrán determinar si los síntomas que presenta la mujer son debidos a causa orgánica (y pautar medicación) o más relacionados con la esfera psicológica y normales de la crianza.
En otras ocasiones, durante el posparto, un hipotiroidismo puede llegar a producir hipogalactia, es decir, ausencia o disminución significativa de producción de leche en la madre. Esto sucede porque la presencia de la hormona tiroidea es un requisito fundamental para que se inicie la producción de leche.
Si esto se da, el tratamiento hormonal sustitutivo permitiría mantener la lactancia. El contacto piel con piel madre-hijo, dar el pecho a demanda y las tomas nocturnas tienen un efecto mayor en la producción de leche. Para ayudar a la madre en su producción se pueden incluso utilizar galactogogos –siempre durante un tiempo limitado y bajo supervisión médica-.
Recordemos que el uso de hormona tiroidea exógena es no solo compatible con la lactancia materna, sino como acabamos de ver, necesario para que la producción láctea se dé con normalidad y garantizar una lactancia exitosa.
No obstante, y como siempre decimos, el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado de las alteraciones tiroideas son las mejores armas para favorecer la salud tanto de la madre como del bebé.
Información completa y correcta es lo que muchas madres reclaman y necesitan. Por desgracia, debido a la desinformación muchas mujeres abandonan la lactancia. Por eso acudir a una asesora de lactancia, como las que tenemos en MaterNatal puede ser de gran ayuda ante los problemas y dudas que pueden surgir durante este periodo.
¿Padeces algún trastorno de la tiroides? ¿Pudiste amamantar a tu bebé? ¿Tuviste dificultades a la hora de darle lactancia materna? ¡Cuéntanos tu caso!