El pH es una escala que mide la acidez o alcalinidad. Las medidas oscilan entre 0 y 14. Todo aquel valor por debajo de 7 es considerado ácido. Y los valores por encima de 7 son considerados alcalinos.
Con esta brevísima explicación de las medidas, podemos comenzar a hablar del pH vaginal. Lo saludable es encontrarlo en valores entre 3,8 y 4,5. De este modo se crea el hábitat perfecto para el crecimiento de la microbiota saludable.
¿Qué ocurre si el pH está por encima de 4,5?
En este caso la vagina se vuelve más susceptible de padecer enfermedades como vaginitis o incluso inflamación.
Los síntomas más habituales cuando se produce esa elevación del pH son: picor, cambios en el flujo, cambios en el olor, molestias, dolor, coitalgia….
Conocer aquello que puede alterarlo nos permite anticiparnos y prevenir.
6 factores que pueden cambiar tu pH vaginal
- Tratamientos antibióticos.
- Alteración de tu sistema inmune.
- El semen; con un pH entre 7 y 8 puede afectar a tu microbiota. Si notas picor después de las relaciones sexuales, este será el motivo.
- La menstruación; la sangre tiene un pH de 7 que las mayoría de las mujeres toleran. Pero algunas son más propensas a tener infecciones durante o inmediatamente después de la regla.
- Embarazo y/o menopausia; cuando los estrógenos bajan alteran también el pH vaginal, con lo que la mujer se vuelve más vulnerable a padecer infecciones.
- Falta de ventilación; el uso de compresas, salvaslips, tampones o ropa interior de tejido sintético o muy ajustada contribuyen a la poca oxigenación y aparición de humead en la zona. Esto facilita el crecimiento de organismos nada deseables.
Atenta a estos factores para evitar lo que esté en tu mano. Y ante la más mínima duda acude a tu médic@ de cabecera o a tu matrona.